Empezamos nuestro recorrido por la Toscana desde su capital, Florencia.
Florencia es una ciudad mágica: bella, pequeña y además se ha prohibido el tráfico por el centro, cosa que hace más agradable el paseo.
Si llegamos en avión, lo más seguro es que aterricemos en Pisa, tendremos que coger un tren o un autobús hasta la ciudad.
Si llegamos en coche, deberemos de buscar un lugar alejado del centro y, aunque toda la ciudad exige tarjeta de aparcamiento de residentes hay zonas donde aparcan todos los coches extranjeros y no suele haber ningún problema.
Empezamos con un primer recorrido, el más básico, desde Santa Maria Novella, caracterizada por su fachada de mármol, que me recuerda mucho al estilo que se repite en otras iglesias en la ciudad. Nos perdemos un poco por sus callejones pero vamos siguiendo la dirección hacia el duomo que no es más que catedral en italiano. En realidad el nombre de la catedral es Santa Maria del Fiore, una obra maestra del Renacimiento italiano. Destaca la famosa cúpula de Brunelleschi y el campanario de Giotto (il campanile). Se puede visitar la cúpula y la verdad es que impresiona bastante aunque no es muy aconsejable para claustrofóbicos.
Para tener espectaculares vistas del duomo podemos ir a la Chiesa e museo di Orsanmichele, hay que subir hasta arriba del todo y veremos de bastante cerca la cúpula, son 360 grados de vistas a la ciudad, no es muy alto pero precisamente por eso es más impresionante aún.
Después nos acercamos hasta la famosísima también Piazza della Signoria, con esculturas al aire de libre de grandes artistas de la talla del David de Miguel Ángel, el Rapto de las Sabinas, Perseo con la cabeza de la medusa… El Palazzo Vecchio es el edificio con el reloj detrás del David.
La galería de los Ufizzi, es uno de los museos más conocidos de la ciudad y probablemente del mundo pero es conveniente ir con guía y reservar con antelación porque hay muchas obras y si no somos unos entendidos de arte no vamos a disfrutarlo.
Un detalle curioso es seguir il corridoio vasariano que une la galería con el Palacio Pitti, un pasaje secreto que mandaron construir los Medici, que atraviesa hasta casas particulares y que nos hace cruzar por el fantástico Ponte Vecchio.
El Altroarno, al otro lado del río Arno, es un barrio más tranquilo, aunque ya bastante turístico, en el que se pueden encontrar bonitos cafés o lugar para hacer el aperitivo.
Para acabar de rematar el día lo mejor es subirse a San Miniato, unas preciosas vistas de la ciudad, una bonita iglesia y un David de Michelangelo, en la Piazzale Michelangelo.
Para tomar un helado recomiendo la Gelateria Alla Carraia, en el mismo puente Carraia, buenísimos!
Para comer hay un lugar muy bueno y barato (con horario muy italiano a «la antigua», cierran sobre las 8 de la tarde por la noche y a mediodía también cierra) Fiaschetteria Nuvoli P.za dell’Olio 15. Es un poco difícil de encontrar porque la entrada es muy pequeña pero está al lado del duomo.