La Costa Brava tiene infinidad de opciones y casi es necesario un verano entero para descubrir los mejores rincones pero he querido intentar comprimir mis rincones favoritos para crear una salida de 2 días para visitar los mejores lugares del Baix Empordá.
Día 1: Baldiri de Palafrugell – Playa Cala Estreta – El Salí – Can Dolç
Si nos alojamos cerca de Palafrugell quizá no pensaremos que un buen lugar para comprar desayuno sea en este mismo pueblo que, aunque a veces se dice que no es especialmente bonito, a mi el centro me parece encantador. Cerca de la plaza encontramos la Baldiri, una pequeña panadería que hace un pan buenísimo y unos croissants para repetir. En la misma plaza podemos acompañarlo de un café mientras empieza a despertarse el día a nuestro alrededor. Ahí mismo cada día menos los lunes hay mercado para poder comprar fruta y verdura de primera calidad.
Si es un fin de semana en pleno verano seguramente las playas principales de las localidades Calella, Llafranc y Tamariu estarán muy llenas por lo que podemos alejarnos un poco y descubrir rincones más ocultos como Cala Estreta, entre Palamós y el Cap Roig. Aparcamos el coche en el aparcamiento al inicio del recorrido, subiendo hasta el Golfet en Calella y aparcando al inicio del Cap Roig (donde se aparca también para el festival). Es más o menos media hora de caminata, parte bajo los árboles pero con el calor del verano mejor ya llevar la protección puesta y una gorra.
Para comer en Calella podemos escoger El Salí, con un impresionante patio interior de ensueño y una cocina muy internacional, buena calidad y a buen precio, algo que es difícil encontrar por la zona. El postre podemos hacerlo en la mítica Jijonenca al final del paseo dirección sur. Y por la tarde podemos pasear por las playitas de fantástico pueblo de Calella de Palafrugell, no habrá tanta gente y podremos disfrutar de más tranquilidad. Para pasear un poco nos podemos acercar hasta el Hotel Sant Roc y tendremos unas vistas del pueblo impresionantes.
Por la noche podemos acercarnos más al interior a Sant Feliu de Boada. Mi lugar favorito sin duda es Can Dolç. Por 20€ cenaremos una rica carne a la brasa y un vino de la casa que nada tiene que envidiar de ningún vino de mesa. Altamente recomendable y se aconseja reservar porque, aunque tiene muchas mesas, en temporada alta suele llenarse.
Día 2: Rupià – Monells – Fiego – Cine de Torroella de Montgrí
Nos levantamos tranquilamente y nos acercamos hasta el bonito pueblo de Rupiá para comprar en la
panadería del pueblo (solamente hay una, no hay dudas) la mítica coca de azúcar y acompañarla con un buen café en el bar de la plaza del pueblo. ¡Grandísima manera de epezar el día!
Podemos hacer un paseo por los pueblos del interior como Monells, a unos 10 minutos en coche, para salir un poco de la muchedumbre de las playas.
Podemos volver a Calella para comer un buen pescado o un arroz en el Fiego, un restaurante en la playa de Portpelegrí para acabar de aprovechar el sol sin tanta gente.
Por la tarde podemos aprovechar si no hace mucho sol para subir al Castillo de Torroella de Montgrí, la famosa «panxa del Bisbe», no llega a una hora de caminata tranquila desde el pueblo. Al bajar podemos aprovechar para picar algo al lado del mítico Cine de Torroella y aprovechar para ver alguna de sus películas, un cine que no ha dejado de proyectar y se ha sabido mantener aún y los cambios en el sector.