Nuestro recorrido por el lago Titikaka
El lago Titikaka tiene una superficie de más de 8500km2, más de la mitad en Perú y el resto en territorio Boliviano. Si muchos turistas aprovechan para visitar también la zona boliviana, la Isla del Sol y de la Luna e incluso llegar hasta la capital, la Paz, a unos 150km pero más de 3h en autobús. Nosotros optamos por hacerlo tranquilamente y además, por desgracia, nuestra estancia en la zona se vio un poco ensombrecida por una gripe que tuvimos de tanto contraste de frío y calor del día a la noche.
Transporte de Cuzco a Puno
Cogimos un autobús Cruz del sur, según dicen la compañía más segura y probablemente lujosa, en ese caso no queríamos ahorrar aunque seguro no hubiéramos tenido ningún problema con otra compañía. Nos costó el tratecto 60S. Un bus local con asiento normal cuesta 15S. Y otras compañía más económicas ofrecen entre 35-40S por un semi-cama. Llegados a la terminal de autobuses nos recogieron gratuitamente del mismo hotel San Antonio Suites, un lugar muy sencillo pero con calefacción y un servicio más que excelente (eran las 5 de la madrugada y nos dieron sin coste alguno una habitación para que descansáramos y nos ducháramos tranquilamente).
La ciudad de Puno
Puno no vale mucho la pena pues no es especialmente bonita pero, para mi, era seguir empapándome de cultura andina y eso ya me llenaba, así pasear por sus calles se me hacía interesante por observar los coloridos trajes de las mujeres, los niños que me miraban curiosos, los puestos de comida callejera…
Qué podemos visitar alrededor de Puno
La visita típica desde Puno es a las islas flotantes Uros, la isla Amantaní y Taquile. El hotel ofrecía un tour guiado por 30S. por persona y es el precio que más o menos oímos que estaba pagando la gente por las visitas. Es muy completo porque ves todas las islas pero obviamente muy turístico.
Nosotros teníamos la suerte de conocer a Richar, un Ureño que conoció anteriormente un amigo mío en su visita al Titikaka y quién nos hizo de guía los dos días alrededor del lago.
El primero visitamos la península de Capachica, llegando hasta Llachón (hay que calcular bien
bien 2h y media en combi local porque hay que cambiar de autobús y nohasta que no se llenan no se marchan, así como paran en cuanto un pasajero anuncia: ¡Baja! Un poco pesado sí se hizo pero interesante también porque es una zona poco turística. Llachón es un pequeño pueblo a orillas del lago y en el que está creciendo el turismo comunitario. Uno sepuede alojar en la bonita casa Valentín (quién se presenta como futuro alcalde de la península) por 60S. Pensión completa. Nosotros solo almorzamos, divinamente por cierto, una sopa de quinoa y trucha con arroz y papas. La comida más típica de la zona (15S.).
Las Islas de los Uros
Por cuestión de tiempo y falta de transporte propio, dejamos de visitar Amantaní y Taquile y porque preferimos pasar tranquilamente el día en Uros, con la familia de Richar, en su isla, que comparten 8 familias. Lo de los Uros es cosa de otro mundo, o mejor dicho, de otra época. Las islas están hechas de totora, una especie de juncos que flotan en la superficie y, material con el cual, hacen las casas, las embarcaciones, las camas y la mayoría de ornamentos.
El método es el siguiente: Los ureños buscan tierra de totora (que flota) y cortan trozos que arrastran con sus barcas o, si tienen dinero, con un barco más grande alquilado para la ocasión.
Buscan un espacio para instalar la isla y atan con cuerdas los trozos de tierra que en el agua van a acabar uniéndosa para formar un gran bloque.
Después se hacen capas en de totora seca intercalando una capa horizontal y otra vertical. Eso lo jace un terreno más blando e impide que las totoras crezcan verticalmente. Una vez hecha esta parte se dedican a hacer las casas, la cocina, las casas para turistas, un mirador (ahora sirve para que los turistas vean la zona pero antes servía para comunicarse) y su barquita de totora.
Los ureños suelen vivir de los trueques, el pescado, la venta de artesanía y, cada vez más, del turismo.
Vale la pena hacer una visita a las islas, incluso, me atrevería a decir, en un tour organizado porque es realmente impresionante. Sin embargo, Richar es un excelente anfitrión pero uno acaba gastando más que en uno organizado. De todas maneras yo lo considero mi pequeña aportación a la comunidad pues la verdad siguen viviendo en situación bastante precaria, tienen placas solares para tener algo de electricidad durante la noche pero no hace mucho se iluminaban únicamente con velas que fácilmente podían prender una isla entera en pocos minutos.
Hay gente que dice que hay islas que ya no están habitadas que es solo para los turistas; puede ser, pero sigue habiendo ureños que viven casi de la misma manera que hace 100 años y muy orgullosos de ello, enseñan a los turistas su estilo de vida.
Otro lugar de interés desde Puno son las ruinas de Siyustani, un precioso lugar al que se puede ir en tour (30S. Todo incluido) o en taxi (100S.+10S.entrada por persona). Si uno tiene la suerte de ir con Roberto Gonzalez (trabaja mucho con San Antonio Suites) tiene taxista y guía. Si se va en taxi conviene ir a la hora que no hay los tours, es decir, sobre las 9-10 de la mañana. Los tours son a las 14h. Otro dilema que tuvimos era si ir a Sillustani o Cutimbo, menos conocidas. Según averiguamos son más bonitas las de Sillustani y más espectaculares, a parte de tener unas vistas preciosas y, si se va por libre, no hay mucha gente por la mañana. En ambas hay Chullpas, que son torres funerarias de la época de los incas.
Una salida que hicimos pero que no me pareció de muchointerés fue ir a Chucuito, donde está el famoso Templo de la Fertilidad, donde acudían las mujeres a «frotarse» para tener hijos. Hay que ir en moto taxi o taxi hasta la parada del autobús (o andando pero lo teníamos lejos del hotel y no estábamos muy finos) y coger el autobús local hasta Chucuito, que para en la misma Plaza de Armas, no llega a media hora de viaje.
Finalizados los días en Titikaka nos dirigimos también con Cruz del sur hasta Arequipa (59S.). Salidas cada día a las 15h llegada sobre las 20.30h.
Dónde comer en Puno
Lo más típico que se come en la zona es la alpaca, la trucha, la quinoa (quinua) y por supuesto la patata (¡nos llegaron a decir que tenían más de 7000 tipos de patata distintos! aunque creo que no llega a 5000).
En esta zona especialmente hay que ir con cuidado con la comida, no sé si será el agua o qué pero nos dijeron que era la zona donde la gente solía enfermar más de la barriga.
En las salidas que hicimos comíamos en casa de gente que nos ofrecía sopa de quinoa con verduras y trucha o pejerrey acompañado de arroz y patatas fritas.
En la ciudad de Puno, encontraréis varias calles cerca de la Plaza de Armas, Jr Lima especialmente, con muchos restaurantes, muchos de ellos italianos.
Mojsa: Abarrotado de extranjeros, es un calentito lugar para tomar una buena solita caliente, una rica pizza, un plato de pasta o los platos típicos nacionales (25-30S./pp)
Internacional: Un lugar muy normalito, con comida casera y buen precio (menos de 20S./pp)
Aunque la calle Lima es la más turística tiene muchos restaurantes y en algunas calles perpendiculares hay también opciones, con ambiente más local.