Esta joya de Cataluña es conocida por su agua fresquita y cristalina, sus acantilados (vale, quizá no son los Cliffs of Moher…) y sus pueblecitos tanto de costa como de interior. Yo tengo mis favoritos, esos de parada obligada para los que no conocen la zona.
Cadaqués
Ir a Cadaqués es viajar a otro mundo, un mundo de tranquilidad, buen ambiente y calma. Allí el tiempo parece que se detiene; sientes como si estuvieras en una burbujita alejada de todo. Serán las curvas que dificultan su acceso, el entorno natural del Cap de Creus o los callejones adoquinados… Si a eso le sumas preciosas calitas y ricos restaurantes, ¿se puede pensar en mejor lugar?
Ubicación
Tossa de Mar
El acceso a través de una carretera de curvas ha hecho que sea de los pueblos mejor conservados de la zona. Vale la pena dar una vuelta por su recinto amurallado y acabar tomando algo en la terraza del faro. De todos los mencionados, es el que queda más cerca de Barcelona (1h 20 min aprox).
Ubicación
Calella de Palafrugell
Es “mi” pueblo de toda la vida. Conserva un animado centro con casitas blancas creando una postal preciosa que podemos contemplar desde distintos puntos de la zona: el Hotel Sant Roc o el jardín botánico del Cap Roig, por nombrar algunos. En agosto se llena muchísimo, pero el resto del año, en especial primavera y otoño, sigue manteniendo el ambiente de pueblo pescador de la Costa Brava que cantan los músicos de habaneras en el “Meu Avi”. Justo después encontramos los pueblos de Llafranc y Tamariu, para completar una postal perfecta.
Ubicación
Begur
Su ubicación en lo alto de un pequeño peñón ofrece una vista privilegiada de la región. Suele estar también muy abarrotado en verano, aunque el encanto de sus callejones y sus casas indianas no lo encontramos en ningún otro pueblo. Alrededor del núcleo urbano hay bonitas playas, como Aiguafreda, Sa Tuna, Fornells o Aiguablava, a las que nos tendremos que acercar -mejor- en coche.
Pals
Es un precioso pueblecito amurallado con casas de piedra, conocido por cultivar a su alrededor el famoso arroz de Pals. Tiene un mirador en el que se pueden ver sus alrededores y hasta las Islas Medas. Merece la pena la visita a su centro urbano, puesto que su playa -alejada unos kilómetros del pueblo- es otra historia completamente diferente.
Ubicación
Monells
Aunque puede parecer otro más de los muchos pueblos de piedra de interior, tiene un encanto especial, sobre todo porque cualquier día del año (¡sí, también en verano!) puedes pasear tranquilamente por sus calles. En este pueblo se viene a desconectar, tanto que ni tan siquiera se tiene cobertura en el móvil…