No podía imaginarme que un libro de cocina fuera mi mejor guía para viajar a Venecia. Al final de «Xemei, Cocina Venexiana», unas páginas dedicadas a descubrir su ciudad. El capítulo se llama 48h en Venecia, justo lo que iba a hacer yo. Ya había estado en dos ocasiones anteriores pero esta vez sabía que iba a ser diferente. Fui 10 años atrás, poco tiempo, durmiendo en las afueras y, con un presupuesto muy ajustado. A Venecia es mejor no ir mirando el bolsillo todo el rato porque, en general, todo es caro. No sé si me equivoco afirmando que es la ciudad más cara de Italia, al menos a mi me lo pareció. Sin embargo, consiguió enamorarme en mi tercera visita.
El alojamiento recomendado en el libro era, un B&B llamado Campiello Zen, situado en el centro pero no el barrio de San Marco, que quería evitar de cualquier forma. Haber visitado una ciudad anteriormente te permite poder evitar los puntos más turísticos y supongo que fue eso lo que me facilitó mi enamoramiento. En el norte del barrio de San Polo, dentro del barrio de Santa Croce, a unos minutos caminando desde la estación de tren, encontramos este precioso oasis. En un palacio del siglo XVI, las habitaciones están decoradas con muchísimo gusto, son espaciosas, limpias y el baño, completamente nuevo, todo un lujo. Pero lo mejor de todo no es esto, ni el maravilloso desayuno completo con el que te despiertas cada mañana sino sus propietarios. Nosotros conocimos únicamente a Andrea, pero estoy segura que su mujer es igual de maravillosa que él. Te cuenta con pasión cómo es la verdadera Venecia, te detalla en un mapa las rutas a hacer durante tu estancia, descubriéndote los mejores rincones de la ciudad. Solamente hay un problema en todo esto y, es que por muy ágil que seas orientándote, te vas a perder. La ciudad es un laberinto de callejones rodeados de canales que aún dificultan más la movilidad.
Me gustaría simplemente enumerar mis 10 «must» – qué visitar en Venecia:
– Si no has ido nunca a Venecia por supuesto tienes que ver los grandes clásicos: el Puente Rialto, la Plaza San Marco, el Puente de los Suspiros, el Palacio Ducal… una vez hechos puedes centrarte en visitar lo menos turístico.
– Pagar al menos una vez el vapores (7€/trayecto): el numero 1 para ver todo el Gran Canal, la mejor (y casi única) manera de ver las fachadas de los Palacios y edificios. Con el 2 puedes cruzar hasta la isla de la Giudecca, que conserva aún un ambiente muy local y muy agradable.
– Encontrar los mejores bacari, lugares para tapear. Beber y comer de pie frente a un canal cualquiera, todos tienen su encanto.
– Comprar en el mercado del pescado, frutas y verduras a primera hora de la mañana mientras de imaginas viviendo en esta hermosa ciudad.
– Ver como hacen las góndolas en Squero di San Trovaso. Por la zona, además, hay algunos bares conocidos para hacer el aperitivo, cualquier momento es bueno para beber un spritz.
– Hacer algo especialmente cultural: Curiosear antiguos libros en la Librería Acqua Alta o visitar un museo como el Peggy Guggenheim o la Galeria de la Academia
– Ponerse las botas de agua y cruzar San Marco sin miedo un día de Acqua Alta. Tuve la suerte de ver este «fenómeno» pero no llevaba el calzado adecuado así que si ha llovido o hay previsión de lluvia llevároslo.
– Pasear con una Góndola: si te la quieres pagar pues saca la cartera, y sino puedes hacer la versión barata que es cruzar el canal con una de ellas, se les llama Traghetti. Busca las «paradas» y aprovecha el cruce para hacer las fotos 😉
– Perderse por los barrios menos turísticos: el Castello, del que vale la pena visitar la Basílica de San Giovanni e Paolo y el Arsenale (base naval) o Santa Croce.
– Tomar un buenísimo café en Torrefazzione Cannareggio o en el Café del Doge.
– Pasearse por la ciudad al atardecer. Cuando anochece las estrechas calles se vuelven especialmente oscuras (que no peligrosas) y hay poca iluminación pero, justo antes de esto, hay unos pocos minutos de paz porque muchos turistas duermen fuera del centro y entonces la ciudad se vuelve más mágica. Por ello, aconsejaría encontrar un alojamiento en la misma Venecia.