Muchas son las excusas que podemos encontrar para visitar Lisboa. Porque es relativamente económica, por el buen tiempo, porque tiene el tamaño ideal para pasearla, porque se come bien, porque es bonita y decadente, porque está en auge…. Cualquier cosa nos valdrá para ponernos a buscar vuelos y, ¡bingo! Es probable que encontremos alguna cosa a buen precio y con buen horario.
Me alojé en un maravilloso Autograph, Fontecruz Lisboa, un 5* muy bien ubicado, moderno, con una comodísima cama y delicioso desayuno. Los precios en el hotel, por su categoría, no están nada mal, siendo entorno a los 150€ la noche (aunque todos sabemos que esto varía mucho dependiendo de la demanda y el momento en el que lo compremos).
Otras buena opción de alojamiento en la capital portuguesa podría ser el Hotel Riverside Alfama en el barrio de Alfama, un hotelito sencillito, renovado pero con un buen servicio y buena relación calidad-precio.
Qué ver en Lisboa
Como todas las ciudades, a mi me gusta caminarlas de arriba abajo, parando solamente cuando los pies lo suplican o cuando encuentras una cafetería monísima para leer mientras te tomas un café.
A parte de, pues, de recorrerla hay algunas paradas que deberemos de destacar en especial.
- La Catedral de Sé o Santa Maria Maior: es la iglesia más antigua de la ciudad, fechando su inicio en el año 1147. Es la Catedral de la ciudad y es principalmente románica, aunque tiene mezcla de estilos. En ella encontramos los restos del patrón de la ciudad, San Vicente, al que cuenta la leyenda que su ataúd fue acompañado por dos cuervos, los que se representan en el escudo de la ciudad.
- Barrio de Alfama: antes de ir podemos visitar la Basílica de Estrela y, desde ahí, coger el eléctrico 28, que hace un recorrido casi turístico pasando por los barrios de Lapa, Santos, Barrio Alto, Chiado y Baixa, antes de llegar a Alfama. Una vez en el bario lo recorremos sin prisa, disfrutando de sus callejones y, escuchando, al pasar, por los bares que cantan Fado. Si bien es uno de los ganchos turísticos (que yo no hice) seguro que es una bonita experiencia.
- Castillo de Sao Jorge y el barrio de Santa Cruz do Castelo: en la alta colina de San Jorge, entre los barrios de Castelo y La Alfama, encontramos esta antigua fortificación que ofrece al visitante unas preciosas vistas de la ciudad. El recinto es grande por lo que si se quiere visitar tendremos que dedicarle buena parte de la jornada. Entrada: 8,5€.
- Monasterio de los Jerónimos y Belem: Si bien la visita merece la pena, una de las paradas obligatorias en este punto es Pasteis de Belém, justo al lado de la Catedral y fácilmente reconocible por la cola que se suele generar. Se puede esperar un poco par poderse tomar un café o pedir el pasteis para llevar (eso sí, se come al momento que te los dan calentitos). Volviendo a la visita, merece la pena ver la iglesia, el claustro y la Torre de Belém. La entrada cuesta 12€ (sin la torre 10€) y cierran los lunes.
- LX Factory en el barrio de Alcantara: es una antigua fábrica remodelada para albergar galerías de arte, tiendas de decoración vintage, muebles, restaurantes y una gran biblioteca. Los domingos hay un mercadillo en la calle.
Dónde comer en Lisboa
Nada más empezar a callejear por esta fascinante ciudad nos daremos cuenta de que la oferta gastronómica de la ciudad es muy completa, podremos degustar ricas tapas portuguesas tanto en locales modernos como locales de toda la vida.
Una de las cosas curiosas que descubrimos nada más llegar es esta tradición de los «petiscos». Si bien seguramente es, cada vez más, un gancho puramente turístico. Muchos restaurantes te sirven nada más llegar un pequeño aperitivo (a veces no tan pequeño), consistente en quesos, patés, aceitunas, pan,…y hay que tener muy claro que no es un gesto de la casa sino que nos van a cobrar por lo que consumamos.
Algunos lugares para comer rica comida portuguesa en Lisboa:
- Petisquería ideal: un local muy acogedor y «cool» de tapas portuguesas en el barrio de Santos. Hay mucho ambiente el fin de semana y se llena bastante. Precio 20€.
- Tasca O Tachadas: un restaurante típico portugués, como una casa de comidas antigua, en el barrio de Santos. Muy rico el chuletón, lugar recomendable para los amantes de la carne. Precio 15-20€.
- Antigo Primeiro de Maio: Restaurante típico portugués, de esos de mantel a cuadros y madera, con petiscos, por supuesto, y mayoritariamente turistas pero rica comida. En el barrio Alto. Precio 15-20€.
- Taberna Rua das Flores: Local de tapas portuguesas muy agradable con buen vino y ambiente informal. No se puede reservar, es pequeño y es bastante popular así que lo mejor es ir pronto pedir la mesa y esperar. Aprox 20€.
- Marisquería Ramiro: un clásico entre los clásicos, una espectacular mariscada para recordar toda la vida. Aprox 45€.
Mi desayuno suele consistir en un BUEN café (y lo pongo en mayúsculas porque es importante) y un bol de avena tipo porridge, muesli caseros o chía y todo acompañado con fruta, un desayuno para muchos fuera de lo habitual. En Lisboa encontraremos algunos lugares para desayunar así como: Dear Breakfast (ideal también para un brunch el fin de semana), Go Natural (son cadena pero están bien) o The Mill (australiano-portugués también con brunch el fin de semana).
Para mi un buen viaje gira, en gran parte, entorno a la gastronomía y, uno de los mejores souvenirs que te puedes llevar de Lisboa son sus ricas conservas. Hay varias históricas en la ciudad, mi favorita es la Conserveria de Lisboa, que solo con el embalaje de la conserva ya tienes un buen detalle para regalar. Hay tantas opciones que nos las querremos llevar todas: atún, caballa, anchoas, mejillones, sardinas, calamares y, por supuesto, bacalao… Y en todas sus versiones: al ajillo, picantito, al limón, en vinagre, hasta con salsa de tomate o curry. Lo mejor de todo es que todas están deliciosas. Nos contaron que aceptan encargos desde el extranjero también.