10 años después de mis vivencias en la ciudad eterna como estudiante volvía con la idea de seguir recorriendo los sanpietrini del centro de la ciudad, de fotografiar el Panteón de noche, de tomarme un vino en “mi vinería” pero esta vez no iba a ser así. Yo pensaba que ya conocía toda la ciudad pero me di cuenta que conocía solamente la parte del turista, nunca me había sumergido realmente en la vida romana. ¿Dónde estarán los romanos? No me los imagino comiendo pizza frente al Coliseo, haciendo cola para poner la mano en la bocca della verità o tirando una moneda a la fontana di Trevi…
Las circunstancias me llevaron a conocer una zona realmente romana, ajena a los turistas y donde no encontraremos monumentos turísticos pero que me encantó.
Nos vamos hasta Ponte Milvio, el puente de los candados que el escritor Federico Moccia hizo conocido al mundo entero. Actualmente no tiene ningún candado, pues el peso de los mismos y el consecuente deterioro del puente más antiguo de la ciudad hizo que se decidiera retirar cada uno éstos y acabar con esta “romántica” tradición.
Llegamos a Via Flaminia donde encontramos muchos restaurantes y bares con animada vida romana. En el número 496 encontramos mis elecciones de la zona:
- El restaurante Voy, de rica cocina italiana, que además de tener un excelente servicio sirve unos buenísimos y originales cócteles. Los postres son una delicia, especialmente el cheesecake y el tiramisú. Sin embargo, la gran sorpresa para mi fue un buenísimo brunch del domingo; que va cambiando la temática siendo de “crudos” y platos asiáticos el domingo que yo fui. Todo lo que quieras comer, con agua postres y café por el módico precio de 15€.
- Al lado de éste, podemos optar por una original oferta hawaianojaponesa en el Mahalo, que en hawaiano significa“gracias”. Disfrutaremos también de ricos cócteles y un sabroso sushi fusión con un punto hawaiano que le da un toque refrescante genial para el calor.
Siguiendo la ruta culinaria, y si no hemos hecho postres o queremos hacer una buena merienda, tenemos el Pompi en Via Cassia nº8. Este famoso lugar de tiramisú se nombra a si mismo como “el reino del tiramisú” y encontramos en éste tiramisús de muchísimos sabores. Mi favorito es el clásico o el de fresa pero también hacen de plátano y chocolate, pistacho, avellanas y a veces encontramos durante el verano alguno como el de piña colada.
Para acabar el día como unos auténticos romanos podemos tomar algo en “el Quiosco” en la Piazzale di Ponte Milvio. Encontraremos buen ambiente y algo de música para bajar un poco el tiramisú.