Algunas sorpresas o puntos que me hubiera gustado saber antes de ir:
La ruta: sin saberlo acertamos bastante (menos con el tiempo pero eso sí que no lo podíamos controlar). Empezar por la capital, Zadar, Trogir, Split y dejar por último Dubrovnik. Podríamos decir que íbamos de un menos impresionante a más impresionante. Lo mejor por eso, el agua cristalina allá donde miraras… Aunque era septiembre y algunas zonas ya no tenían tanto turismo tanto Split como Dubrovnik estaban abarrotadas de turistas.
Pidas donde pidas el café suele ser muy bueno: ya había leído sobre la tradición cafetera de Zagreb pero, en todo el país hemos encontrado café muy rico y a buen precio, claro.
Croacia no es un país para viajar de lujo: poco conocí de lujo, ni lo experimenté ni lo percibí, pero el día que dormimos en uno de los hoteles boutique más bonitos del país, me llevé una gran decepción. Cuando quisimos comer especialmente bien, no encontramos mucha oferta. y por ello, sin mucho conocimiento alguno, creo que Croacia es un país perfecto para viajar con budget bajo o medio. Si viajas con poco budget es perfecta porque muchos alojamientos son apartamentos y tienen cocina equipada. Nosotros preferimos únicamente usarla para los desayunos y, las comidas salíamos para ver un poco la zona y trabajar poco. En general puedes comer bien, un pescadito o carne a la la brasa con sus verduras por 15-20 eur pp (ver presupuesto del viaje para más detalle)
La cocina croata, es sencilla y a buen precio. Nuestra dieta se compuso de ingredientes básicos a la plancha o brasa. No comimos ni mucha pasta ni mucha pizza y, además, quizá no acertamos cuando lo hicimos pero es que, como en Italia, es difícil. Eso sí, el pan en general es todo hecho en casa y está especialmente rico. Me faltó quizá verle la identidad croata a los platos, todo me parecía con producto de primerísima calidad pero sin mucha ejecución o complejidad (recorriendo España en seguida identificas el gazpacho andaluz, la esqueixada catalana, el trambón mallorquín…por mencionar solo unos pocos).
Los croatas en general son muy amables y serviciales y hablan bastante inglés. Sin embargo, cuando nos alojamos en los “sobe” (tipo B&B pero generalmente con cocina y sin el breakfast), esperaba más acercamiento por su parte. Me quedo sin duda con el alojamiento en Trogir y el de Mjlet.
Cambio kunas – euros: preguntamos por curiosidad en la oficina de cambio del aeorpuerto de barcelona y nos daba algo así como 5,8 kunas por 1 euro al cual habíamos visto que estaba entorno a los 7,5, por lo que no cambiamos. al llegar encontramos una oficina de cambio que nos cambio los primeros 100 euros de 7. Buen cambio no pero sí muy aceptable. En zagreb, fuimos a preguntar en la oficina de turismo y nos inciaron un lugar en la misma plaza. Era una especie de tienda de ropa con una ventanilla en su interior, para cambiar dinero. El cambio fue entorno a los 7,5 (7,44 si no recuerdo mal). La diferencia con el cambio oficial que nos daba xe era ni más ni menos que de 0,05kn por cada euro, vamos casi nada. El resto del viaje vimos el tipo de cambio entorno a 7,4 e incluso 7,3. Lo mejor pues sería cambiar en Zagreb y chequear antes el cambio oficial para tener una buena referencia.
Las playas: no pudimos hacer mucha playa porque el tiempo no fue del todo bueno. Era septiembre y las temperaturas eran ideales, sin humedad, pero nos llovió varios días. Alrededor de Zadar encontramos playas super chulas y a un golpe de coche de la ciudad. en Orebic el hotel nos ofrecía una zona privada que era una pasada (aunque había otras playitas igual de bonitas públicas por todos lados) y en Mljet oíamos el mar al dormir así que ninguna queja. Las playas son pequeñitas (por eso lo de playita) pero te puedes bañar en casi cualquier rincón. Hay tantísima costa que la gente se reparte mucho y no tienes que dejar tu toalla al lado de nadie. Si bien no fuimos en plena temporada, ya que dicen que en septiembre baja mucho cantidad de turistas, creo que no tiene que ser muy difícil encontrar zonas tranquilas para bañarse.