Recorrido Arequipa y el cañón del Colca
Después de unos días helados y algo enfermos en el lago Titikaka, nuestra recuperación empezaba en la bella Arequipa. Hay quien asegura que es como la Cataluña del Perú, por eso de querer ser un poco diferentes y ser de las regiones más ricas del país.

Cómo llegar a Arequipa
Desde la estación de autobuses hay que coger un taxi para llegar hasta el centro porque queda bastante alejado ( 5S.).
Qué visitar en Arequipa
La verdad es que la ciudad me encantó, el centro se recorre fácil a pie y, aunque era invierno, durante el día hacía un solecito muy agradable y una temperatura muy buena.
Como siempre, visitamos la Plaza de Armas, donde encontramos la catedral de la ciudad y las calles cercanas adoquinadas y plagadas de turistas.

Otra visita cultura que hicimos fue el Museo de Juanita, la momia aunque, según nos explicaron, no está momificada, sigue teniendo todos los órganos y simplemente la encontraron en su día congelada y así la conservaron. Por eso, a día de hoy, se la preserva en una cámara a muy baja temperatura (cosa que hace más difícil ver con claridad a Juanita porque hasta tiene un poco de escarcha el cristal). Incluso así el Museo es divertido, el guía en español es especialmente bueno. El museo en realidad se llama Museo Santuarios Andinos aunque es más conocido por el museo de Juanita. La entrada cuesta 15S. (5S. los estudiantes).
Visitamos también el barrio de Yanahuara, se ven unas bonitas vistas de la ciudad y está bien para pasear un poco pero tampoco tiene nada muy especial. Está bien, sin más.
Nos alojamos en el Hostal el Solar, una casona bonísima con habitaciones muy cómodas algunas incluso con un agradable balcón (aprovechable solamente sin frío) y un lugar muy agradable para el desayuno. Está muy bien situado y nos costó 120S./noche.
Dónde cómer en Arequipa

Fuimos también al Chicha del famoso
cocinero peruano Gastón Acurio. Hacen platos típicos de la zona y del Perú en general pero con una versión más moderna. Estaba todo muy bueno, el chupe de camarón una delicia, el servicio era excelente pero esperábamos quizá algo más, seguramente eran las expectativas, yo había seguido Gastón Acurio desde Barcelona, me encantó un reportaje que hizo Ferran Adriá que se llama “Peru sabe, la cocina como arma social” y por eso quería probar alguno de sus restaurantes. Si bien el que tiene fama (y la estrella Michelin) es Astrid y Gastón este era el que nos podíamos permitir. El percio fue de 120S.pp, al cambio eran unos 30€ pp. que no es nada caro pero sí para ser Perú.

Nos recomendaron La Nueva Palomino pero por cuestión de tiempo no pudimos probarlo.
Alrededor de la plaza de armas hay muchos lugares que cierran tarde y sirven comida tipo frankfurts, hamburguesas, empanadas, kebabs…

Visitar el Cañón del Colca por libre o con agencia
Después de visitar la ciudad nuestra idea era visitar el Cañón del Colca pero ahí nos encontramos con un poco la decepción de cómo estaba todo organizado.

Con agencia: está todo muy estipulado, en general tienes que tomar dos decisiones:
Hacer 2 días/1 noche o 3 días/2 noches.
Hacer trekking o no hacerlo.

Era nuestra primera experiencia con agencia y la verdad es que no fue tan mal, éramos un pequeño grupo de 14 personas, 10 limeños, 2 canadienses y nosotros 2. Los peruanos eran un encanto, luego en Lima nos volvimos a ver y a día de hoy mantenemos contacto con algunos.

La vuelta al hotel se hace cruzando un puente colgante de madera, máximo de dos en dos mientras rugen las maderas.
El restaurante del hotel sirve buena comida pero a precios altos (el menú cuesta 40S.). Todo se hace al momento y la verdad es que es muy cómodo cenar en el hotel.
Durante el viaje el guía Jesús Mazi, quien nos explicaba un montón de curiosidades y temas de interés acerca del cañón pero lo que realmente esperábamos todos era ver los grandes Cóndores en el famoso mirador del Cóndor. Llegamos ahí sobre las 9 de la mañana pero no éramos los únicos, podía haber tranquilamente 500 personas esperando verlos. Intentamos huir paseando por los caminos de alrededor pero eso nos impidió ver los cóndores que otros compañeros consiguieron ver.
Sin embargo, el guía, al ver la decepción de muchos de nosotros nos llevó con el conductor a otro mirador, el de Tapay, a unos 10 minutos adentrándonos más al cañón y de golpe: NADIE. Las vistas era espectaculares, por encima nuestro volaban unos cuantos cóndores aún en la lejanía cuando uno se acercó, planeando bajo nuestro y dejando ver las plumas negras y blancas. Conclusión: muy bonito pero la próxima vez me voy a Sangalle.
Nuestro siguiente destino era Lima y preferimos hacerlo en avión para ganar algo de tiempo.