Zagreb no genera un espacial «wow» al visitante pero perderse por sus calles, el mercado y comer en alguno de sus restaurantes lo hacen un destino interesante, al menos para unos pocos días.
La Ciudad Alta: los barrios de Gradec y Kaptol. Hicimos una ruta a pie perdióndonos por las calles según nos llevaba la intuición. Sin querer llegamos hasta la Torre de Lotrscak justo a las 11:59, vimos mucha gente mirando hacia nosotros y «PAM!!!» acompañado de un grito mío resulta que a las 12h se dispara una salva desde la torre, en recuerdo del cañón que se disparó en el s.XV. Muy cerca encontramos la Iglesia de San Marcos, que tiene un tejado precioso con el escudo del país.
Especialmente me gustó la calle Tkalciceva, llena de cafeterías y restaurantes, una zona muy animada para la hora de comer.
La Ciudad Baja: la zona alrededor de la plaza Ban Jelacic, con muchas tiendas y unas zonas ajardinadas muy agradables para pasear llegando hasta la estación de tren.
- Un paseo por las zonas mencionadas arriba
- Mercado de Dolac: porque ahí donde voy no me los pierdo, son la mejor manera de observar la vida cotidiana.
- El Museo de Arte Naif, que vale 25 kn (menos de 4 eur) y es sorpendente (a mi me fascinó).
- El Jardín Botánico: no llegamos a entrar porque estaba cerrado pero tenía muy buena pinta.
- Tomarse un café el sábado por la mañana, o la pica como lo llaman aquí al ritual que consiste en tomare un café mientras contemplas a al gente paseando.
Alojamiento: Hostel moving, no estaba en el centro pero nos iba muy bien para el alquiler del coche, un lugar de buena relación calidad-precio. Habitaciones cómodas, limpias y con terracita. Unos 45€ con desayuno.